domingo, 4 de diciembre de 2011

Sin Título, 36.

Rien à faire.

Poco queda por hacer
en este campo devastado;
poco hay para recoger
en este suelo arrasado.

Ya la Luna se fue, hace tiempo.
Dejó tras de sí una estela fugaz
pero breve, intensa, que al brillar
muere, pronto hay que olvidar, miento.

No han cicatrizado, vuelven a matar
estas heridas, pecho desgarrado,
ojos muertos, dolor ensangrentado;
hace tiempo que dejé de respirar.

Prisión y tormento, encarcelado
en el recuerdo, busco la manera
de vivir, de no ahogarme en la arena
de la memoria, corazón marchitado.

Maldita seas, felicidad pasajera;
juro por esa estrella que algún día,
lejano y puro, esa daga será mía,
y será, a mis venas, de mi alma mensajera.

Cuando en este desierto mi alma ría
y pueda gritar, y feliz llorar,
será cuando pueda verlo desde arriba.

Rien à faire, mon amie.
Le ciel est devenu vide sur nos têtes.

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