sábado, 21 de enero de 2012

Vivan el estilismo y la sutileza...

-Tengo ganas de terminar ya los exámenes...

-Sí, y luego follamos, no? Digo, perdón, eso, los exámenes.


Por Dios, y luego me dicen a mí.

jueves, 19 de enero de 2012

Sin Título, 42.

Toda esa oscuridad, fría y sin forma.

Parece un cúmulo de hojas de árbol que,
en vez de verdear a la Luna,
se negaran a dejar traslucir
su auténtico color, mente pura.

No parece, y no es, y no existe,
y sólo a los reflejos de las estrellas
es, y existe,
y parece. Y se deja ver.

Se insinúan, bajo el cielo nocturno,
unas formas arbóreas sin vida,
casi muertas, casi vivas, casi siendo,
formas sin forma, sin espinas.

Este vals, "si vite",
tan poco vivo, tan inerte,
tan sediento, tanto árbol verde,
tan violento, tan cerca de la muerte.

Tanta luz, tan poca verdad,
tanta oscuridad, tanto verde,
tanto verde, tanto negro.

Mucho aroma, demasiado,
tanto árbol muerto, tanta flor seca,
Mucha sombra, demasiada,
tanto frío, tanto calor, tantas cadencias.

Y pensar que fue, que era, que había sido,
que la realidad lo consumía
por dentro, que la falsedad lo mataba
tan lento, tan verde, tan negro.

Y reaccionar sin tiempo, "si vite",
espressivo, lento, ma non troppo.

Tanto que fue y quiso ser,
tanto quiso ser en tan poco tiempo,
tanto verde, tanto negro,
lo comió la floresta, el verdor,
la umbría, la razón, la sabia
naturaleza, el manso tronco muerto.

La cadencia, esa ligera muerte,
esa breve despedida, esa suerte,
fue, a la flor, sólo un segundo,
un segundo mortal, tan verde.

La carencia, tan larga y tan viva,
demasiado rápida, demasiado ella,
fue el campo de juego en el que,
casi sin darse cuenta,
se jugó la partida del mañana.

Y aquel atardecer tan rojo,
y aquella playa tan blanca,
y aquel árbol, tan verde, tan negro.

sábado, 14 de enero de 2012

Sin Título, 41.

Venus que bajó a la tierra.

Belleza pura, encanto, dorada
piel, negros pozos en los que ansío perderme;
perfección, mágica presencia, magna.

Delicadas proporciones, déjame beberme
de un sorbo tu aroma,
esbelta figura, mal logro contenerme.

Dulce voz, a mis oídos belladona;
maldita la hora en la que en tus redes
caí, Luna, mi alma se arrincona.

Venus que a la tierra bajaste, pura y bella.

miércoles, 11 de enero de 2012

Sin Título, 40.

Y que caiga la noche estando entre tus brazos.

Que la Luna salga y nos pille,
a ti y a mí, princesa,
que nos pille y, con mirada traviesa,
nos deje solos, arena, salitre.

Que las olas nos hagan presa
de un furor desatado,
de una pasión de animal acorralado,
que tu ropa acabe encima de la mesa.

Y si, por casualidad,
el susurro del mar me distrajera,
prometo volver y encontrarte,
dulce isla, pura beldad,
encontrarte a ti, fiel compañera,
prometo volver y a mi cuerpo encadenarte.

Y que esta noche, entre el reflejo del mar
y el fragor de tus ojos,
encontremos, el uno al otro,
el molde perfecto, la cura de espanto,
la verdad, la inocencia, el fin del llanto.

Pero qué carajo.

Ya está bien de tanto quejarse.

Que no encuentre motivos para no subir tales desvaríos no implica que deba subirlos. Así que, como se dice en mi barrio, tres por culo bicicleta y me llevo cuatro ruedas.

sábado, 7 de enero de 2012

1-9-2011.

Otro día más. Apenas 48 horas parecen semanas.

Necesito saber que estás ahí, y sin embargo lo único que tengo es silencio y dolor.

Esta mañana te he enviado un mensaje, desesperado. Como era de esperar, la respuesta ha sido fría. Otra puñalada. ¿Y qué espero? Oh, iluso, cuán mal actúas pensado que vas a recibir algo más que silencio y áridas palabras.

¿Y qué voy a hacerle? Un parte de mí aún espera tenerte. Otra parte aguarda con pésima resignación. Otra parte está muerta.

Te echo de menos, no puedo vivir sin saber de ti. Me falta el aliento, me falta lo que me hace respirar: tu presencia.

No sirve de nada, pues, el intentar acallar mi conciencia: ni siquiera el alcohol ayuda, sólo potencia la sensación de soledad.

Espero dormir algo mejor. Espero volver a tenerte. Estoy a tu merced, como un barco en mitad de una tormenta.

No puedo olvidarte.

miércoles, 4 de enero de 2012

31-8-2011.

Que alguien me explique qué cojones hago subiendo esto ahora. Hace meses que tendría que haberlo subido, aunque supongo que el hecho de que ya no tenga sentido hace que merezca la pena publicarlo.

Mi primer día sin ti.

Hoy, último día del verano, se ha ido una parte de mí. Escribo esto de noche, cerca del cambio de día. Ya estoy en la cama, pero no puedo evitar levantarme y escribir.

Esta mañana ha ocurrido todo. A pesar de no haber escuchado nada nuevo, cada palabra que decías era como un puñal en mi corazón. Al final, vencido por la rabia y por las ganas de llorar, me he ido sin decir prácticamente nada, intentando conservar mis últimos bastiones racionales.

Sin embargo, la rabia, la ira y el odio, causados por una sensación de "no haber hecho nada y sin embargo habérmelo tragado todo", se han ido aplacando conforme pasaban los minutos, Deo Gratias: de haber seguido mucho más rato en el estado en el que me encontraba al salir de ese portal, habría acabado rompiendo a llorar en mitad de la calle, gritando al silencio tu nombre.

El agitamiento ha dado paso, a lo largo del día, a un tranquilo abatimiento. Muero por saber de ti, pero entrar al maldito ordenador y verte, y, es más, no hablarte, sería poco menos que una tortura casi física.

Sé que es inútil mirar el móvil de cuando en cuando, pero no puedo evitarlo: espero una señal de vida que no llega.

Y aquí estoy; no han pasado más de catorce o quince horas y ya me encuentro solo, como un león encerrado, ansiando verte y hablarte pero sin poder hacerlo, elucubrando, imaginando el futuro, en el que, por lo pronto, no veo más que a ti rehaciendo tu vida con otra persona, siendo feliz con otro, estando entre los brazos de alguien que no soy yo. Y eso me come por dentro, me quema, me pudre el alma.

Comprendo que a partir de ahora eso es lo que va a suceder, pero, una vez más, que comprenda algo no significa que me guste. Sé feliz, y, si es lo que deseas, sé feliz lejos de mí. Pero yo no podré olvidarte. Nunca. Por muchas moscas que acudan a mis manos, tú serás la única. A pesar de todo esto. Pero y qué le voy a hacer.