domingo, 21 de febrero de 2010

Sin título, 4.

Largos días.

Días en los que uno tiene ganas de morirse.
Bellos y grises días de los cuales se saca la conclusión de que más valdría haberse muerto que despertarse.

Fría tranquilidad, serenos pero oscuros pensamientos a la luz de la Luna.
Divagaciones etéreas que pasan corriendo, algo refleja allá a lo lejos.

Un brillo claro y distante, no puedo o no quiero llegar a él?
Bah, no merece la pena, luchar por algo inalcanzable, el camino es demasiado largo.

Es más sencillo quedarse en la suave sensación de vacío que provoca una noche fresca y sin estrellas.

Sombra tras los árboles...

martes, 16 de febrero de 2010

Sin Título, 3.

¿Quién hay ahí?

¿Qué hay más allá de este mundo? ¿Porqué nos rodea un frío manto de silencio y desesperación?¿O quizá somos nosotros los que interrumpimos un constante flujo de vacío?

¡Mira qué hay allí!
¡Oh, estrellas, que brilláis con una luz indiferente!¡Oh, estrellas, malditas seáis! ¡Seáis malditas vosotras, únicas dueñas del cielo, que arrebatáis de los hombres los sueños! ¡Malditas seáis por vuestro nacarado fulgor y vuestra sublime lejanía!


¡Y maldita tú, Luna que caminas en la noche, señora de la belleza blanca y resplandeciente!

¡Maldita seas, porque me has robado el corazón...!

lunes, 15 de febrero de 2010

Sin título, 2.


¿Qué es la vida?

¿Qué es la vida sino una áspera fruta de amargo sabor? ¿Qué es eso tan efímero que llamamos sentimientos? Es más, ¿qué razón tienen de existir? ¿Porqué amamos y odiamos? ¿Qué relevancia tiene?

¿Qué es la vida sino mirar las estrellas, preguntarse por qué? ¿Es observar una luna fría que maldice en silencio el secreto de la eternidad? ¿Es admirar la grandeza de una estrella abrasadora que quema una pequeña parte de universo? ¿Es contemplar el negro vacío que nos rodea, la soledad infinita de un sinsentido cósmico?

Y sin embargo...
Hay alguien ahí fuera, en la noche.

Siento que hay alguien ahí, en la noche, observando...

domingo, 14 de febrero de 2010

Primera entrada, Sin Título 1.


Primera entrada de este blog, veremos qué tal va la cosa...


Hubo una vez, quizá hace mucho, quizá ahora, quizá será, un hombre, quizá algunos quieran llamarlo veinteañero...


Este hombre solo tenia dos aficiones en su vida.


La música, era un buen pianista y mejor violinista, y algo de demás instrumentos.


Su otra afición.
Contaba los segundos que le faltaban para morir.


Por decirlo de alguna manera, él contaba lo que le quedaba por vivir cada día. Y cada día, o cada semana, encontraba algo por lo que aplazaba un poco la fecha de su muerte. Un acontecimiento, un suceso, cualquier cosa que le importara.


Llegó un día, en que sin previo aviso, se dio cuenta de que no tenia nada que aplazara esa fecha. Se dio cuenta que, por mucho que pensara, no habia nada que lo retuviera con los pies en este mundo.Todo lo bello estaba muriendo a su alrededor.


Así que fue a su piano, una vieja reliquia recuperada de manos de un anticuario, y restaurado después, y se puso a tocar.
Era de noche, empezó a tocar la Variacion 18 de Rachmaninoff, con su violín al lado.


A la mañana siguiente, sus vecinos encontraron su cuerpo tendido sobre su adorado piano, con su violín hecho astillas, clavado en el corazón como un puñal. El cuerpo estaba caliente, había muerto hacía poco.


Había estado tocando hasta el amanecer.
Había tocado su propia marcha fúnebre.
A su lado, manchado de gotas de su propia sangre, había una nota.


"La música ha sido mi vida, sea también mi muerte."