jueves, 6 de diciembre de 2012

Sin Título, 50.

El carmín que tus labios dejaron en los míos.


Esta noche me encontré con tu cuerpo
frente a frente, clavándose en mi dilatada
pupila, hiriéndome con su belleza sagrada,
esta noche soñé con la flor de tu cuello.

Creí renacer, hundirme, creí ser tu dueño,
glorioso momento de inacabada
perfección, de lujuria, pasión guardada;
creí mirar más allá de un simple sueño.

Viví ese instante contigo, único y mágico,
a tus caderas de fuego reté
con mis manos; tu cuerpo fluía como un río.

Temiendo que no fueras real entré en pánico,
y no lo eras; salí de mi sueño y me quité
el carmín que tus labios dejaron en los míos.