Ya la pasión desenfrenada voló,
y con ella,
esa tristeza honda y densa. Negra.
No me queda más que esa pena tranquila,
solemne y pura,
que casi hace sonreír.
Las hojas muertas las lleva el viento del Norte,
y tú, querida,
te has clavado como un hierro candente.
Bienvenida a tu realidad. A lo que es.
A lo que ya no es.
A lo que podría haber sido.
A lo que,
sinuosa Victoria de Samotracia,
esbelta Venus de Milo,
dorado tallo de trigo espigado con el Sol,
diste en crear.
http://www.youtube.com/watch?v=OzD-b8xbGGY
Ahora,
como un perro apaleado,
me retiro en silencio. Voy a curarme mis heridas.
Ahora,
silente asesina, lengua de plata,
me voy al mar a recordarte a oscuras.
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