jueves, 30 de enero de 2014

.

Así que en esto consiste todo.

Al parecer, ahora todo consiste en dejarte ir poco a poco. En ver cómo tu figura se desliza en una sombra de la que no vas a salir jamás. En observar cómo, inexorablemente, te escapas de mi vida pasito a pasito, sin mirar atrás y con la mirada al frente.

Resulta que ahora no me queda otra que comerme con patatas mis palabras. Y las tuyas. No me queda más que dejar que todos y cada uno de mis sueños contigo (todos) se vayan diluyendo hasta que sólo seas un recuerdo amargo de un pasado que no volverá.

No tengo otra alternativa que consumir mis esperanzas de nada mientras sé que alguna vez dije esto y aquello, y tú me respondiste con el mismo esto y aquello. En esto consiste todo ahora, por lo visto.

Pues... ¿Sabes qué? Que no. 

Me cierro en banda, por una vez en mi vida. Me niego a que mi día a día se convierta en una marisma de hastío existencial, añoranza y negrura espiritual. Me niego a obligarme contra mi voluntad a buscar a otra mujer que supla las carencias que dejas aquí de cualquier manera. De hecho, me niego a intentar convencerme a mí mismo de que va a haber otra que sea igual o mejor que tú. Me niego a forzarme a pensar que, al fin y al cabo, no eras para tanto.

Pero no te confundas: no voy a perseguirte como un perro rabioso. Sé que la vida de cada uno es suya, y si has elegido irte será por algo.

En esto se resume lo que acabo de soltar: prefiero escribirte un verso a ti que mil sonetos a otra.

Prefiero acordarme de ti, aunque sea envuelta en sombras, que obligarme a comprometerme con cualquiera.

Prefiero estar solo con tu recuerdo que acompañado con una mujer que no te llegue ni a la sombra de tus pies.

No hay comentarios:

Publicar un comentario