sábado, 7 de enero de 2012

1-9-2011.

Otro día más. Apenas 48 horas parecen semanas.

Necesito saber que estás ahí, y sin embargo lo único que tengo es silencio y dolor.

Esta mañana te he enviado un mensaje, desesperado. Como era de esperar, la respuesta ha sido fría. Otra puñalada. ¿Y qué espero? Oh, iluso, cuán mal actúas pensado que vas a recibir algo más que silencio y áridas palabras.

¿Y qué voy a hacerle? Un parte de mí aún espera tenerte. Otra parte aguarda con pésima resignación. Otra parte está muerta.

Te echo de menos, no puedo vivir sin saber de ti. Me falta el aliento, me falta lo que me hace respirar: tu presencia.

No sirve de nada, pues, el intentar acallar mi conciencia: ni siquiera el alcohol ayuda, sólo potencia la sensación de soledad.

Espero dormir algo mejor. Espero volver a tenerte. Estoy a tu merced, como un barco en mitad de una tormenta.

No puedo olvidarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario