jueves, 15 de julio de 2010

Sin Título, 16.

Lo prometido es deuda...

Porque, efectivamente,
hace cosa de un mes
que no duermo en condiciones;

Porque, efectivamente,
echo de menos algo que abrazar en mi cama
cuando cierre los ojos por fin.

Porque, efectivamente,
ya no tengo a nadie a quien saludar
por las mañanas al despertar.

Porque, efectivamente,
la cadencia ya no acaba en mayor,
sino en un rabioso menor.

En efecto, te echo de menos.

Porque, efectivamente,
el Sol ya no acaricia mi piel
como antaño lo hacía;

Porque, efectivamente,
los desvelos de madrugada
dejaron de ser dulces.

Porque, efectivamente,
la melodía alegre y eufórica
se ha tornado melancolía.

Porque, efectivamente,
mi alrededor suena vacuo y frío
si no oigo tu llamada.

En efecto, te echo de menos.

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