Cerca, cerca, cerca, cerca,
Poco a poco se desvanece el entresueño
en el que te encuentro; cojo tu mano
y admiro tu cabello.
No puedes huir, con la otra mano rodeo
tu cadera. Siento ya ese aroma que predice
la pérdida inequívoca de la razón;
me acerco a tu pelo y de tu cuello lo aparto.
Ya sin freno acerco mis labios
hasta sentir cómo tratas de revolverte,
(inconscientemente)
te abandonas a mis brazos,(ya no eres tú)
noto el pulso bajo tu piel ardiente
(ya no soy yo).
Sin embargo, te dejo desde atrás
y te doy la vuelta; me paro un segundo a escuchar
la música que escapa de tu media sonrisa.
Me pierdo entre tu cuerpo y te sostengo
el mentón; me miras, fijamente;
cierras los ojos;
cerca, cerca, cerca, cerca.
Tu respiración es música,
muy cerca.
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