jueves, 9 de septiembre de 2010

Sin Título, 23.

Ven...

Ven conmigo y deja que te lleve
lejos, muy lejos, donde la arena fina
respira un atardecer, blanca, viva,
allá donde nada duele.

Ven conmigo y te llevaré allá arriba,
por encima de la lluvia, de la bruma,
por encima del recuerdo, de la espuma,
donde la verdad sea llana y lisa.

Ven conmigo y olvida cualquier duda,
deja que te convenza, sé que puedo,
aunque quizá digas que no debo
pero habrás comprobado que en el fondo me la suda.

Ven conmigo y te haré llegar al cielo...
Susurros, caricias, noches largas
lengua de fuego, gemidos, sonatas,
déjame que te lleve donde nunca hay duelo.

Ven, déjate arrastrar.
La noche es larga, el día más,
tu recuerdo me mata, duele esperar,
cansan los días, difícil respirar,
meses eternos, no puedo aguantar.

Ven y sueña con ese lugar donde suena la melodía de un violín, dulce, donde no hay disonancias, donde, en el clímax, notas agudas se desgarran en una sinfonía de sentidos, sensaciones, tacto.

Ven y sueña que hay algo más
.

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