domingo, 15 de abril de 2012

Reflexión.

¿Dónde quedaron aquellos años?


Hoy, como otros tantos días, me he encontrado pensando en todo aquello que me rodea, y en todo aquello que ha quedado atrás. Especialmente en esto último. Y me pregunto: ¿Dónde quedaron aquellos años?


¿Dónde quedaron los años en los que la cultura no era sino el fruto del estudio, de la superación, de la autocorrección, de la cultivación magistral del humano? ¿Dónde están los tiempos en los que la cultura era el pase hacia una dignidad personal, una mayor calidad de vida, un futuro cómodo ganado con el esfuerzo diario?

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¿Dónde quedaron aquellos años en los que no había discotecas? ¿Dónde fueron aquellas fiestas de etiqueta, o no, en la que había una socialidad que ahora ya no existe, comida ésta por las redes sociales y demás inventos? ¿Dónde fueron todas esas costumbres gracias a las que, antes de follarte al prójimo, había una suerte de tiempo en el que se conocía a la otra persona?

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¿Dónde quedaron aquellos años en los que los gángsters vestían con pajarita y sombrero calado, y las mujeres aún defendían su honor a base de hacerse respetar? ¿Dónde están aquellas mujeres que no se comportaban como objetos de deseo sino como entes dignos de admiración, ejemplos de pureza y sutilidad? ¿Dónde se escondieron aquellas mujeres que llevaban aquellas ligas, ligas más propias de una divinidad etérea e inasible que de una mortal? ¿Dónde quedaron aquellos años en los que ni las mujeres se vestían con la mitad de ropa necesaria ni los hombres babeaban como animales en celo, irracionales y sin respeto alguno hacia el género femenino?

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¿Dónde quedaron aquellos años en los que la música era una explosión constante de nuevas melodías, de nuevas sensaciones, de nuevos colores; de experimentación y búsqueda de la expresión de lo más hondo del alma, de lo más elevado del espíritu y de lo más bajo del subconsciente? ¿Dónde han quedado esos años, que han sido reemplazados por una degeneración basada en la música como manera de sacar dinero a espuertas a gente ignorante y cada vez menos preparada para la vida intelectual?

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Y tras preguntarme todo esto, me planteo: ¿Por qué todo esto ha quedado atrás? Al fin y al cabo son valores que no degradan al ser humano, algunos de ellos incluso lo elevan más que los valores actuales. Mais voilà, todo esto se ha perdido, y yo me hundo en esta absurda nostalgia de una vida que no he vivido, de unos años que no he experimentado, de un aire que no he respirado.

Y yo, inmerso en esta vida, me ahogo en esta absurda nostalgia que me quiebra las ganas de mirar hacia adelante. Mirar hacia atrás resulta demasiado gratificante para ello.

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