sábado, 11 de diciembre de 2010

Sin Título, 26.

Nada que decir con palabras que no sepas ya.

No tiene sentido intentar definir
algo que ya sabes de antemano
que a tu lado nada valgo
que vivo por el hecho de verte vivir.

Que mi alma se quedó en paro
mirando una Luna, nubosa,
escuchando una flor, hermosa,
que el intento de olvidarte fue vano.

Saludé una vida fresca, sosa,
sin intención, sin razón ni calma,
anhelando tus besos como el agua
salvando los días con lentitud pasmosa.

Y ahora me doy cuenta de que me haces falta,
tal vez sea tarde y no haya oportunidad,
pero comprende que lo tengo que intentar
porque si no, mi vida quedará para siempre escasa.

Prometo que te amaré como nadie lo hará,
sea cual sea tu respuesta, sí o no,
seas para mí bálsamo o arpón,
que te daré una felicidad que nadie te dará.

Sólo te pido que me dejes entrar en tu corazón
te ofrezco mi vida entera,
y si no la quieres tú, que nadie la quiera,
sólo espero una señal: un beso o un adiós

jueves, 9 de septiembre de 2010

Sin Título, 25.

Como el agua que fluye, plácida.

Como el camino recto que,
flanqueado de sombras, es imposible dejar.
Como la brisa marina que recorre sin prisa
la superficie de un espejo azul.

Como una melodía que se niega a salir,
que va siendo arrancada, perezosa,
que sabe que llegará, remota,
a otros oídos, lejanos, nota por nota.

Como una frondosa selva, verde,
llena de vida, dolor y muerte,
en la que sólo los más fuertes ganan,
en la que el valiente verá el mañana.

Como la Luna, blanca y pura,
fresca, hermosa, caradura,
que mira de lejos un tormento
sin preocuparse del sufrimiento.

Como un amanecer lleno de nostalgia,
en el que una Sol traidor se va
desplazando la esperanza, jugando,
el día en noche truncando.

Como un cielo bello y oscuro, cargado de estrellas, puntos de luz que prometen algo más, que titilan, que se desvanecen, que saben que no llegarás a alcanzarlos. Porque ellos siempre saben más que tú, ellos juegan con la ventaja de la eternidad, ellos conocen una senda que no ha descubierto nadie, y que nadie se ha molestado en descubrir, pero que todos anhelan, lamentando su suerte, porfiando, lanzando gritos de angustia, exclamando a la inmensidad del vacío que están solos, que nadie les ve, les escucha o les entiende, que nadie les enseña lo que ellos no saben. Ellos, que reclaman conocer por qué están ahí, quiénes son, por qué sufren y por qué viven. No se dan cuenta de que todo lo saben esos puntos de luz que nunca hablan.
Esos malditos puntos de luz, que no llegarán.

Sin Título, 24.

Asesino confeso.

Ahora hablo, confesando aquello, todo lo que hice.
Confieso ser un asesino.

He matado palabras, recuerdos,
silencios, sonidos, sentimientos,
letras, estrofas, versos,
sonatas, párrafos muertos,
poesías, escritos, textos,
músicas, ritmos lentos,
alegría, tristeza, momentos,
intimidad, de placer llenos.

He matado mi camino, mi vía,
he matado las estrellas que lo guían,
he acabado con noches sin fin
con argumentos de mente febril,
he destrozado días viendo el sol caer,
observando, sin nada que hacer,
he hecho olvidar la verdad,
sola y simple, sin más.

Confieso que terminaré matando mis propios sueños.
Y entonces será tarde.

Sin Título, 23.

Ven...

Ven conmigo y deja que te lleve
lejos, muy lejos, donde la arena fina
respira un atardecer, blanca, viva,
allá donde nada duele.

Ven conmigo y te llevaré allá arriba,
por encima de la lluvia, de la bruma,
por encima del recuerdo, de la espuma,
donde la verdad sea llana y lisa.

Ven conmigo y olvida cualquier duda,
deja que te convenza, sé que puedo,
aunque quizá digas que no debo
pero habrás comprobado que en el fondo me la suda.

Ven conmigo y te haré llegar al cielo...
Susurros, caricias, noches largas
lengua de fuego, gemidos, sonatas,
déjame que te lleve donde nunca hay duelo.

Ven, déjate arrastrar.
La noche es larga, el día más,
tu recuerdo me mata, duele esperar,
cansan los días, difícil respirar,
meses eternos, no puedo aguantar.

Ven y sueña con ese lugar donde suena la melodía de un violín, dulce, donde no hay disonancias, donde, en el clímax, notas agudas se desgarran en una sinfonía de sentidos, sensaciones, tacto.

Ven y sueña que hay algo más
.

Sin Título, 22.

Más que un recuerdo.

Menos que una ilusión, fantasía, pasión,
más que un nocturno fatal
una variación sin final
el desenlace de un sueño en prisión.

La apariencia de una idea genial
que desaparece pronto, en movimiento,
terrible, a la velocidad del pensamiento,
la impresión de perder algo ideal.

La presencia de un descarado tormento
disfrazado de felicidad
escondiendo la mortandad
que sin remedio lleva el viento.

El abrazar la imposible impunidad
el orgullo no respetar,
darse cuenta y despertar
y mirar que se fue la vecindad.

Rodear, estrechar, sentir,
calmar los ánimos pensando,
volar, tirar razonando,
admitir, y después partir.

Actuar con prisa, sin pausa,
escribir matando letras en un rincón,
destrozando segundos con satisfacción
sin pararse a pensar la causa.

Sonata, sinfonía, variación, fuga.
Nocturno, escritura, claro de luna.

jueves, 15 de julio de 2010

Sin Título, 21.

Reste tranquille, tu dois sentir la calme autour de toi.

Maintenant, ferme tes yeux noires.
Ferme tes yeux et imagine toi.

Ah, mon amie, maintenant, tu connais qu'est-ce que je pense.

Sin Título, 20.

Eras una ilusión.

Eras poesía, eras soneto,
eras luz, alegría,
eras ardiente sofía,
eras profundo respeto.

Eras la brisa de primavera
que mi rostro acaricia
sin pausa pero sin prisa
la vida, contigo entera.

El reflejo de tu rostro, en el mar,
me hace pensar en mi futuro
que se ve oscuro
pero junto a ti, nada es fatal.

Porqué andar doblegado, triste, encogido,
si cada vez que te veo pasar
se ilumina mi mirar
y tu palabra no aguanto, ni aun socorrido?

Porqué sólo pienso en ti, etilizado,
e incluso yendo normal
de mi mente no caes, ni yendo mal
me olvido de estar enamorado?

Sólo con tu amor me muevo
y con tu perdón respirar puedo,
pero decirte que estés roja no mal quedo,
lo siento preciosa, pero tu sueño velo.

Sin Título, 19.

Y es que tu inspiración era como un imán.

Hace ya tanto...¡Quién lo diría! y esque tu llamada era querer,
era poder,
era y fue el ver más allá de este día.

Como aquel que paso a paso anda hacia el Sol,
como aquel que de tanto buscar se cansa
pero sabe que al fondo está su causa
y va hacia ella, la luz de un farol.

Eran sus gestos un fluir de ideas,
una emoción, un sentimiento,
el mostrar sin arrepentimiento
aquello que da sentido a las vidas.

Qué eran sus manos sino ternura,
caricia dulce, poesía breve,
versos cortos que en su poder tienen
las duras llaves de la amargura.

¿Su pelo? Oscuro azabache, pienso.
Liso, etéreo, fugaz, eterno,
instante de pasión, envuelto
en llamas negras de frío tenso.

Ah, sus ojos, aquellas perlas negras que esconden
todo cuanto no ha de mostrarse,
sino de lejos admirarse
y sin prisa esperar a que ellos hablen.

¡Ah, condena, perpetua cadena,
cálido sosiego, paz al inquieto!
Desde aquí, ¿qué se ve? ¿dos estrellas? No, demasiado bellas. ¿Una promesa? Quizá, tu horizonte lo revela.

No son ni más ni menos que tus labios,
malditos, que llevan mi razón,
sirena de Ulises, dulce comezón,
me aspiran el alma que una vez los vio.

Placentero conocimiento de la pérdida del control,
dejarse llevar por el torrente de tus besos,
creerme presa de la corriente de tus dedos,
no hacer nada por dominar la situación.

Locura, calor, melodía pura,
el sabor del placer,
conquistar de una carretera hasta el arcén,
como si mi piel heroína supura.


Valiente cadencia, indispensable ahora,
el rimar se acabó donde ella mora,
pues la propia poesía allí se aloja,
lejos del dolor, se la trae floja.
Ven conmigo, deja de ponerte roja,
no te alejes ahora que la guerra está coja,
ahora que la victoria es sabrosa,
ahora que de fondo suena Mozart,
no te vayas ahora y ven sin demora,
hagamos que la llave de la habitación se esconda,
que la Luna no se acueste, y el Sol se ponga,
que nuestras manos se encuentren con la justa ropa,
que la noche no acabe, y que los besos sean horas.

Sin Título, 18.

Fue sólo un arreglo que debía sonar bien.

Se convirtió en algo que se escapaba de las manos, un grito desgarrador que partía cuerdas de violines en grandiosos agudos.

Sin embargo, era placentero, era como escuchar la obra sin arreglar, sin modificar, libre y salvaje, soñadora, suave y dulce, brillante.

Sólo el mero hecho de existir daba sentido a todo a su alrededor, sin esa melodía nada habría sido lo mismo.

Las cosas cambiaban.

¿Quién diría que de aquella pequeña cadencia nacería una sinfonía?
Todos aquellos sonidos, vibraciones, todo lo que sucedía, todo cuanto existía.

Era hipócritamente bello, era una variación, un nocturno, una fantasía.
Simple pero demoledor, irresistible.

¿Y qué ha sido de todo eso? ¿Cómo se ha llegado a este punto? Ya sólo se escucha un leve rumor, un piano grave que desgrana notas melancólicas sobre un suelo árido, bajo un techo de estrellas frías.

¿Volverá? La sinfonía partió.

¿Volverá?...

Sin Título, 17

Es lo que es, no lo que fue o lo que será.

Es ni más ni menos que eso mismo.

Es la gota fría de rocío que cae lentamente de una hoja, al alba, tras una noche de tormenta.

Es el conjunto de ondas en un lago calmado que deja un piedra al caer, mientras tu propio reflejo observa el fondo.

Es un acorde que te reconcome el alma, es una variación sorprendentemente menor de un tema mayor, grave y lenta.

Es el coral en la tiniebla, la ola que arrastra la arena.

No es lo que fue, un mar furiosamente calmado, una lluvia, una cadencia, un susurro a voces.
No es lo que será, una calma muerta, la tensión del vacío, un arpegio que en silencio recorre escalas nonatas.

Es sencillamente lo que por definición es, no lo que debe o debiera ser, sino simplemente eso. Es ser, estar y parecer.
Idea, pensamiento, sensación. Todo vacuo. Eso está por encima.
Es más grande.

Es lejano.

Fragmento.

Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en un mundo tan singular
que el vivir sólo es soñar,
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive sueña
lo que es hasta despertar.

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte -¡desdicha fuerte!-:
¡que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece,
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que agana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñe que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida?Un frenesí.
¿Que es la vida?Una ilusión,
una sombra, una ficción;
y el mayor bien es pequeño,
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Sin Título, 16.

Lo prometido es deuda...

Porque, efectivamente,
hace cosa de un mes
que no duermo en condiciones;

Porque, efectivamente,
echo de menos algo que abrazar en mi cama
cuando cierre los ojos por fin.

Porque, efectivamente,
ya no tengo a nadie a quien saludar
por las mañanas al despertar.

Porque, efectivamente,
la cadencia ya no acaba en mayor,
sino en un rabioso menor.

En efecto, te echo de menos.

Porque, efectivamente,
el Sol ya no acaricia mi piel
como antaño lo hacía;

Porque, efectivamente,
los desvelos de madrugada
dejaron de ser dulces.

Porque, efectivamente,
la melodía alegre y eufórica
se ha tornado melancolía.

Porque, efectivamente,
mi alrededor suena vacuo y frío
si no oigo tu llamada.

En efecto, te echo de menos.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Sin título, 15.

-¿Quién eres?

-He venido a por ti.

-¿Cómo?

-Observa este bambú. ¿Sabes por qué está muerto? Me llevé su alma, porque su corazón era puro. Hoy he venido a por ti. Sólo me falta saber si tu corazón es puro.

-¿Y cómo piensas hacerlo?

-A través de preguntas.

-Empieza.

-¿Qué piensas acerca de la humanidad?

-¿La humanidad? Es algo decadente que no quiere admitirlo. Vivimos tan bien, tan cómodos, que no queremos darnos cuenta de que todo se desmorona a nuestro alrededor. Y a los pocos que parece importarles, no pueden hacer nada, ya que son una minoría.

-De acuerdo. Puedes irte.

-¿No me llevarás?

-No. Tu alma es demasiado humana. Haré algo peor, te dejaré aquí. Para que observes la ruina de tu civilización.

-Llévame, maldita sea...

domingo, 25 de abril de 2010

Sin título, 14.

Algo allá arriba...

Nubes, cielos cubiertos que prometen terror,
Lluvia que cae furiosa sobre el suelo,
Hojas que caen sin remisión,
Kyrie eleison.

Humedad, frío, oscuridad,
Un lago que revive con el agua,
de hielo cubierto el corazón,
Kyrie eleison.

Gotas sin piedad que empapan
Unas manos cansadas de esperar,
solas y en rendición,
Kyrie eleison.

Pero hay algo en el cielo,
esa luz omnipresente, bella,
y piensas divagando,
Descendit de coelis.

Porqué no mirar arriba,
elevarse de lo terreno,
olvidarse de lo que te rodea,
Kyrie eleison?

Escucha, escucha la llamada. Siente cómo tu alma vuela. Déjate llevar. Alza los brazos hasta donde tu pensamiento pueda. Mira arriba. Siente que la música, su música, te llena.

Gloria in excelsis.

domingo, 18 de abril de 2010

Sin título, 13.

Te acariciaré...
En otra vida...Te acariciaré...

Te acariciaré como la brisa que te roza,
Te susurraré al oído promesas de libertad,
Buscaré tus ojos en el atardecer,
Y brillará la Luna allá en los alto...

Le robaré cadencias a los minutos,
a las horas, a los días,
Y escaparé más allá, a verte sonreír,
a dejarme llevar por ti...

Te encontraré, solo, después de tanto tiempo,
Te miraré como lo hacía antes,
Y apagaré las estrellas para no ver
nada más allá de tus ojos.

¿Y sabes qué? Que sólo entonces,
Los dos solos,
seré feliz.

Te acariciaré...
En otra vida...Te acariciaré...

jueves, 8 de abril de 2010

Sin título, 12.

Dulce, dulce es la muerte, dulce su aliento sobre mi cuello...

Dulce el sabor de tu nombre en la noche,
dulce el olor de tu perfume en mi ropa,
dulce el susurro de tus labios,
dulce la melodía que tu recuerdo arranca al piano.

Amarga es la conciencia en las noches de desvelo,
ácidas las palabras que tanto engañan,
áspero el recordar a tiempo cosas a destiempo,
amargo, amargo como tu ausencia.

Efímero el tiempo que pasé mirando al Sol,
efímero el consuelo que me dio la bella Luna,
efímero el brillo de las estrellas,
efímeros los sentimientos al amanecer.

Triste el frío que me rodea,
irónica la soledad,
hondo el resentimiento que, como antaño,
vuelve a decidir la partida.

Inútil el esfuerzo de Bizet,
inútil el reflejo del atardecer junto a ti,
inútil la desdicha que puede a la alegría,
inútil la melancolía de tu adiós.

Inútiles los húmedos ojos que,
sin palabras,
buscan perdón.

Sin título, 11.

¿Qué hay ahí?

¿Qué hay más allá de esas nubes?
¿Qué es aquello que, indiferente, observa nuestro sufrimiento? Aún más, ¿qué es el sufrimiento para un vacío frío?

¿Debería dejar de existir el sufrimiento? En una escala mayor, ¿qué más da si una capa de árboles oscuros enloquecen tu razón? Si todo tiene el mismo final, ¿qué importa lo que haya antes?

¿Qué hubo, qué hay, qué dejará de haber?
¿Puede algo reflotar la oscuridad?
¿Existe la luz inextinguible?
¿Qué es aquello que buscamos, ese concepto que algunos anhelan, que llaman vida?
¿Es ser, estar o parecer?

¿Por qué milagro o desgracia nació el universo? ¿Sólo para consumirse, para verse morir poco a poco, como una vela que ve languidecer su llama al viento de una tormenta?

Tanta gélida belleza...
Perdida...

Sin título, 10.

Hielo...

Hielo que me rodea, que me envuelve,
me nubla la vista, ciega mis sentidos...
Hielo que quema, que me puede,
que congela mi aliento, que para mis latidos.

Viento gélido que susurra tu nombre
en la umbría, en la copa de los árboles.

Torrentes helados de emociones sin sentido
que paralizan a su paso cuanto encuentran.

Lagos de aguas oscuras, siberianas,
que prometen una muerte lenta.

Un amanecer de ventisca,
tormenta, nieve, helada, sobre la estepa.
La estepa, la llanura...
Tu llanura, tu vacío de sentimientos,
la blancura de tu inocencia,
el resplandor de tanto por hacer...

Hielo, hielo en las palabras, en los sonidos,
en las miradas, en los gestos.

Hielo para conservar mi cadáver, tendido en la hierba aún verde...

Sin título, 9.

Tan cerca y a la vez tan lejos...

Y de entre una multitud,
susurros a voces, desgarros en el silencio,
se levanta tu voz, única,
en medio de las demás,
se repite la misma cadencia que siempre.

La misma cadencia inacabada
que desemboca en un falso final,
siempre, siempre igual, triste soledad.

Me evado del mundo pensando en ti,
en tus ojos y pienso,
pienso porqué no estás aquí.

Y la primavera llegará
y acabará este invierno tan largo,
eterno, frío.

Volveré a tener tu calor entre mis brazos,
me perderé un instante eterno,
en tu mirada.
Sonreiré, sonreiré otra vez...

Y soñaré, contigo, para no volver a despertar...

Sin título, 8

Días grises de lluvia...

Días grises en los que creo verte,
allá a lo lejos, mirándome,
intento correr y me doy cuenta
de que eres solo un reflejo,
sólo una bruma negra me devuelve la mirada.

Todo se difumina,
no sé dónde estoy,
todo se desvanece si no tengo tus manos,
todo se pierde si no tengo tu sonrisa.

Maldita vida,
magna ópera envuelta en sombras,
tu nombre amargo se desliza entre mis labios
mientras te llamo,
te llamo en la noche buscando tu luz.

Vivir, quizá, en un sueño,
dulce desvelo donde los fantasmas
de tu recuerdo aún queman...

Nada va quedando bajo esta lluvia,
todo, todo acaba, todo perece bajo esta lluvia.

Te buscaré, allá donde estés,
y en otra vida,
te acariciaré...

Sin título, 7.

Un resplandor.

Un resplandor, tenue, cegador,
hielo en la mirada, quema la esperanza
de un pasado que no volvió,
de un futuro mejor.

Algo se alza allá en el horizonte,
una idea, la solución.
Demasiado distante.
-El Sol, apenas un destello.

Quizá se levante hacia aquí,
impasible hacia su fin,
la soledad lo abruma.
-El Sol, un reflejo más cercano.

Ya lo tienes en mente,
el mediodía se torna atardecer...
La luz, maldición sempiterna.
-El Sol es astro por fin, el que siempre debió ser.

Quizá valga la pena mirar allá afuera
y preguntarse el sentido de algo sin motivo.

Maldita sinrazón, maldita Luna...
Has conseguido que deje de existir,
maldito frío del alma.

Llena, siempre llena...

Y tan lejana...

Sin título, 6.

Nada por aquí, nada por allá,
tu mundo vacío está.


Mira a tu alrededor
ves algo más?
Nada, por siempre,
por siempre jamás.
Dulce frío,amargo pensamiento
débiles luces que se lleva el viento.

Nadie por allí, nadie por allá
tu mundo vacío está...

Un cielo oscuro, algunos sonetos,
míseras letras, augurios funestos,
una razón, una ilusión, por los que hacer caso al valor.
Miles de gotas, hielo y cristal
rompen tu frágil equilibrio mental.

¿Qué se siente antes de saltar?
¿Qué piensas al mirar por la ventana
y ver el mundo a tus pies girar?
¿Qué se siente al caer
y que lo último que veas
sea una fugaz calle que viene a encontrarte?

Nada por aquí,nada por allá...

Tu mundo, no existe ya.

Sin título, 5.

Una sombra.

¿Qué es una sombra? ¿Simple ausencia de luz, o algo oscuro que no permite que ésta pase?
Y si es algo, ¿qué es ese algo? ¿Un hecho, un suceso, un pensamiento?

Un pensamiento...

Frío, oscuro, desierto, irónico,
sombrío, invernal, solitario,
nocturno, apagado, amargo.

Amargo como el recuerdo de algo que fue y ya no es, o que no es y no será.
Amargo como la soledad de allá afuera.
Triste, sereno y resignado como la mirada de una ilusión moribunda.
Helado como una ráfaga de escarcha, o quizá simplemente sea el brillo único de una estrella.

Sombras...

domingo, 21 de febrero de 2010

Sin título, 4.

Largos días.

Días en los que uno tiene ganas de morirse.
Bellos y grises días de los cuales se saca la conclusión de que más valdría haberse muerto que despertarse.

Fría tranquilidad, serenos pero oscuros pensamientos a la luz de la Luna.
Divagaciones etéreas que pasan corriendo, algo refleja allá a lo lejos.

Un brillo claro y distante, no puedo o no quiero llegar a él?
Bah, no merece la pena, luchar por algo inalcanzable, el camino es demasiado largo.

Es más sencillo quedarse en la suave sensación de vacío que provoca una noche fresca y sin estrellas.

Sombra tras los árboles...

martes, 16 de febrero de 2010

Sin Título, 3.

¿Quién hay ahí?

¿Qué hay más allá de este mundo? ¿Porqué nos rodea un frío manto de silencio y desesperación?¿O quizá somos nosotros los que interrumpimos un constante flujo de vacío?

¡Mira qué hay allí!
¡Oh, estrellas, que brilláis con una luz indiferente!¡Oh, estrellas, malditas seáis! ¡Seáis malditas vosotras, únicas dueñas del cielo, que arrebatáis de los hombres los sueños! ¡Malditas seáis por vuestro nacarado fulgor y vuestra sublime lejanía!


¡Y maldita tú, Luna que caminas en la noche, señora de la belleza blanca y resplandeciente!

¡Maldita seas, porque me has robado el corazón...!

lunes, 15 de febrero de 2010

Sin título, 2.


¿Qué es la vida?

¿Qué es la vida sino una áspera fruta de amargo sabor? ¿Qué es eso tan efímero que llamamos sentimientos? Es más, ¿qué razón tienen de existir? ¿Porqué amamos y odiamos? ¿Qué relevancia tiene?

¿Qué es la vida sino mirar las estrellas, preguntarse por qué? ¿Es observar una luna fría que maldice en silencio el secreto de la eternidad? ¿Es admirar la grandeza de una estrella abrasadora que quema una pequeña parte de universo? ¿Es contemplar el negro vacío que nos rodea, la soledad infinita de un sinsentido cósmico?

Y sin embargo...
Hay alguien ahí fuera, en la noche.

Siento que hay alguien ahí, en la noche, observando...

domingo, 14 de febrero de 2010

Primera entrada, Sin Título 1.


Primera entrada de este blog, veremos qué tal va la cosa...


Hubo una vez, quizá hace mucho, quizá ahora, quizá será, un hombre, quizá algunos quieran llamarlo veinteañero...


Este hombre solo tenia dos aficiones en su vida.


La música, era un buen pianista y mejor violinista, y algo de demás instrumentos.


Su otra afición.
Contaba los segundos que le faltaban para morir.


Por decirlo de alguna manera, él contaba lo que le quedaba por vivir cada día. Y cada día, o cada semana, encontraba algo por lo que aplazaba un poco la fecha de su muerte. Un acontecimiento, un suceso, cualquier cosa que le importara.


Llegó un día, en que sin previo aviso, se dio cuenta de que no tenia nada que aplazara esa fecha. Se dio cuenta que, por mucho que pensara, no habia nada que lo retuviera con los pies en este mundo.Todo lo bello estaba muriendo a su alrededor.


Así que fue a su piano, una vieja reliquia recuperada de manos de un anticuario, y restaurado después, y se puso a tocar.
Era de noche, empezó a tocar la Variacion 18 de Rachmaninoff, con su violín al lado.


A la mañana siguiente, sus vecinos encontraron su cuerpo tendido sobre su adorado piano, con su violín hecho astillas, clavado en el corazón como un puñal. El cuerpo estaba caliente, había muerto hacía poco.


Había estado tocando hasta el amanecer.
Había tocado su propia marcha fúnebre.
A su lado, manchado de gotas de su propia sangre, había una nota.


"La música ha sido mi vida, sea también mi muerte."